Emprendedores de Panguipulli obtuvieron el segundo lugar en el concurso Impulso Chileno

El proyecto de agua de vertiente natural, Ko de Ruka, obtuvo $5 millones de pesos y 6 meses de acompañamiento académico por parte de la Escuela de Administración de Pontificia Universidad Católica de Chile, al ser acreedora del segundo lugar en el concurso organizado por la Fundación Impulso Inicial. 

Denise Fritz y su pareja Rodrigo Medina, ambos de 33 años, vivían en Santiago hasta hace tres años. Sin embargo, la idea de llevar una vida más saludable debido a su mala alimentación y a la inminente amenaza de sufrir diabetes, los llevó a dejar la capital y emigrar a Panguipulli, donde se instalaron con la ayuda de unos amigos pertenecientes a pueblos originarios. Recién llegados, sin redes, incluso sin luz pero con una vertiente cristalina y buscando generar un impacto en las personas, deciden emprender con Ko de Ruka, proyecto que hoy los tiene como ganadores del segundo lugar del concurso Impulso Chileno. 

“Significó realmente un impulso. Para los que somos emprendedores, el capital siempre es poco. Te da un empujón para salir adelante y también facilidades para lograr los objetivos. Al mismo tiempo, que reconozcan tu emprendimiento es muy gratificante para uno. Emocionalmente y económicamente nos ayuda bastante”, comenta orgullosa esta microempresaria. 

El proyecto consiste en agua 100% natural, libre de procesos químicos, con un PH ideal y baja mineralidad siendo muy beneficiosa para el organismo y con un embotellado amigable al medioambiente. Un producto que fue comercializados por primera vez hace casi un año y que se pueden encontrar, hasta el minuto, en Coñaripe, Panguipulli y Villarrica. 

“Nosotros hacemos el proceso completo, incluso el etiquetado, por lo que se nos ha hecho difícil salir a vender. Con el premio vamos a firmar un compromiso con una cristalería para poder realizar un embotellado con serigrafía lo que hará el trabajo más eficiente y sustentable, ayudándonos a llegar a más clientes y aumentar la producción”, cuenta Denise. 

Además, esperan poder invertir una parte del monto en marketing y publicidad para en marzo poder concretar sus objetivos y así a mitad de año, llegar a más comunidades y, por qué no, a Santiago. Objetivo que le entrega un especial aprecio, por parte de estos emprendedores, a los seis meses de acompañamiento académico: “las mentorías muy buenas para nosotros porque es un aprendizaje gigante, no sólo se trata de un premio ni algo monetario, también te entregan herramientas para poder crecer. Es aprendizaje y significa mucho para nosotros”. 

La gran final de Impulso Chileno se llevó a cabo en la Casona Santa Rosa de Apoquindo, donde se premió a los 60 ganadores de esta iniciativa que busca apoyar a los emprendedores para sacar adelante su idea o negocio.

Los periodistas María Elena Dressel y Francisco Saavedra condujeron esta final, en la cual los 60 ganadores tuvieron que defender sus proyectos ante el jurado. Este estuvo formado por Andrónico Luksic y Paola Luksic, representando a la Fundación Impulso Inicial; Julián Ugarte de la incubadora Socialab; Carlos Díaz y Andrés Ibáñez de la Escuela de Administración de la UC; Alejandra Canessa y Juan Francisco Lecaros de la Corporación Simón de Cirene, que apoya a los emprendedores desde hace 23 años, junto a los ganadores de la primera versión de Impulso Chileno, Karina Riquelme con su proyecto de cosmetología “Tissé” y José Aravena premiado por su emprendimiento “Bolos de semillas”.

Esta segunda versión de Impulso Chileno mantuvo su principal foco y misión: dar una oportunidad a personas de todo el país que tengan un proyecto para emprender, pero que no han obtenido el apoyo necesario para sacarlo adelante.

Después de escuchar los diversos pitch, de 2 minutos duración, el jurado deliberó y al igual que en su primera edición, premió a los emprendedores con $360 millones para financiar sus emprendimientos en todo el país. Los primeros 20 proyectos con la mayor puntuación obtuvieron $10 millones para invertir en sus emprendimientos. Estos fueron secundados por otras 20 iniciativas que recibieron $5 millones y los 20 terceros recibieron $3 millones. Además, todos ellos obtendrán acompañamiento académico durante 6 meses por parte de la Escuela de Administración de Pontificia Universidad Católica de Chile, a partir de marzo.